Estoy tratando de subir el vídeo de la presentación que tuvimos en la Feria del Libro Independiente... ¡pero es más difícil de lo que pensé! DX Que si el audio se mueve, que si las imágenes van desfasadas, que si el programa no responde...
Espero algún día poder subirlo :'c

#ToyBoxEnLaFLIM2016

Si hay algo que me queda bien en claro es que soy una personita que tiende a preparar sus cosas con mucho, mucho tiempo de anticipación... Por allá de marzo, cuando la UANLeer apenas estaba dando inicio, contacté con los organizadores de la Feria del Libro Independiente de Monterrey porque traía un plan en mente: quería presentar mis libros en su feria, y quería hacerlo con cosplayers °˖✧◝(⁰▿⁰)◜✧˖° Desde hacía tiempo había traído esa fantasía, por lo que, apenas me dieron luz verde, corrí a contactar a Mariam, a quien conocí en el Festival del Lector Joven y a quien, también, llevo tiempo siguiendo en redes sociales (sobretodo cuando me dio la fiebre de Flat Kingdom). El día que quedamos de vernos, me sentía tan nerviosa que ni siquiera la reconocí cuando entró al Starbucks, pero terminamos hablando de toda clase de fandoms y oyendo k-pop.
Poco después de quedar con Mariam, entró en escena Geraldina y terminé con dos cosplayers prestas y dispuestas para ayudarme a llevar a cabo mi loco plan.


Los meses pasaron y mientras las chicas leían a los personajes que les tocaría interpretar, los nervios me comían más y más. Entre mandar a hacer las calcomanías, irme a la Feria de Libro de Coahuila en Arteaga y tener ataques de pánico porque mi computadora personal no paraba de marcar errores, el gran día se acercaba.
No fue sino hasta el mes pasado en que comenzamos a salir de compras. Las chicas se entendieron muy bien entre sí y se dieron muchos consejos mutuamente (yo sólo procuraba no morir de los nervios y la emoción). Mariam fue súper directa y práctica; no tardó nada en encontrar los materiales que necesitaría. Geraldine me convirtió en su sugar mama por una tarde y me contó mil historias mientras el sol de Monterrey me devoraba.
Total que dejé a las chicas hacer lo suyo, me obligué a no enviarles mil mensajes diarios (¿ya les dije que estaba nerviosa?) y me concentré en preparar lo que Silma iba a llevar a la Feria.

                                       (Si les digo que fue un proceso largo y meticuloso)

Todo iba bien hasta una noche antes: las pelucas no habían llegado. Era el 17 de junio, la Feria había iniciado, y no sabíamos dónde estaban las pelucas. Las chicas tenían sus trajes y accesorios listos, pero ¿¡y las pelucas?! Geraldine las recogería cuando supiera de ellas; yo me pasé el día comiéndome las uñas en la Feria y Mariam actúo como la voz de la razón, mandándome a la cama cuando cayó la noche y yo seguía hecha una bolita de nervios.
Desperté antes de que los gallos cantaran y leí con alegría que las pelucas ya estaban con Geraldine y me fui a la Feria.

No les he platicado, pero Fundidora decidió que sería buena idea celebrar el Machaca Fest al mismo tiempo que Moroleón en Cintermex, una brigada del Seguro Popular y la Feria del Libro Independiente, eso sin mencionar que se comenzaron a vender los boletos para un concierto de Super Junior en la Arena Monterrey... Fue un caos. Quien no sea en Monterrey necesita saber que Fundidora-Cintermex-La Arena Monterrey están juntas en un macro-complejo destinado a las actividades de esparcimiento. Incluso están cerca del Parque Plaza Sésamo. Son sitios que se llenan a más no poder los sitios de semana cuando no hay eventos... Con todo lo que hubo, con zonas del parque bloqueadas para mantener el Machaca lo más organizado posible, FUE UN CAOS.
Para cuando terminé de vadear las zonas inaccesibles y alcancé la Escuela Adolfo Prieto, sede de la Feria, estaba sudando a mares y ya no sólo por el calor.

Horas más tarde (porque a mí me tocó llegar temprano y montar el segundo día del stand de Silma y no iba a obligar a nadie más a estar ahí), llegó Mariam. Ella corrió a encerrarse en el baño para preparar su maquillaje y yo me quedé esperando a que Geraldine llegara. Pronto llegaron también mis familiares y amigos, así como algunos de los hermosos seguidores de mis redes sociales. Pero no había rastro ni de Geraldine ni de la fotógrafa que contraté para tener un mejor recuerdo del día (mi jefe dice que preparé más este evento que mi quinceaños, lol).

Cuando la fotógrafo me llamó para decirme que llegaría un poco tarde, me enteré que había un par de choques afuera de Fundidora y que había diferentes marchas en el centro de la ciudad que hacía muy difícil el acceso a la zona de la Feria. Comencé a morir lentamente y no podía ver a Mariam a la cara porque ella ya estaba muy maquilladita y arreglada y nomás no llegaba la peluca, que seguía con Geraldine.

En medio de todo, el faro que más brilló para mantenerme cuerda fue Laura Fernández, la organizadora de la Feria. Ella fue siempre súper amable y atenta. Aunque veía que yo estaba muriendo, procuró lo mejor para la salud mental de todos los presentes, al grado de ajustar un poco los horarios y permitirnos iniciar media hora más tarde y en un salón climatizado para que las cosplayers no sufrieran tanto.

Apenas vi a Geraldine llegar, corrí hacia ella y le confesé que era el mejor regalo de Navidad adelantado que había recibido. Pero no pudimos hablar mucho porque ella también corrió a cambiarse. Yo me quedé atrás, recibiendo y moviendo al público y ver a la fotógrafa tomar fotos del stand.

Para cuando vi a Mariam y a Geraldine completamente en papel de Lavander y Troya respectivamente, me di cuenta que todo, absolutamente todo había válido la pena.

                                            (Este par se la pasó haciendo cosas geniales :'v)

La presentación dio inicio y puedo decir que fue un éxito rotundo. Las chicas respondieron a las preguntas como lo habrían hecho los personajes, interactúaron con todo el mundo y terminaron revelando datos que ni siquiera yo sabía de mis propios personajes. (Aparte de que descubrí que soy como Wilbur, el palomo mensajero de Daciel: paranoica y por demás nerviosa).

                                       
                                           (Lavander con mi abuelita, que se declaró su fan)

Aprovechando la oportunidad y la estética del Parque Fundidora (y que había contratado a una fotógrafa profesional), nos fuimos de aventura. Mariam y Geraldine explotaron sus cosplays y habilidades y terminaron posando de manera increíble y robándome detalles de la secuela que, en definitiva, tengo que escribir próximamente.

                  (No estábamos haciendo nada, sólo cambiando de locación, pero me encantó la foto.)


Al volver a la Escuela comimos lonches que mi abuelita nos preparó y nos bebimos como un litro de agua cada una. ¡Ah!, obviamente estas no fueron las únicas fotos que tomamos, pero sí las que me permito revelar de momento ;)

La cosa continúo y aunque Mariam y Geraldine se tuvieron que retirar y la Feria se acabó por un día, terminamos recibiendo fanart y dando por agotada la precuela, así como también se siguió llevando a cabo la dinámica que pusimos en redes sociales para llevarse un ejemplar del libro como regalo.

                         (Fanart realizado por Rumimar, quien aparece en la foto con Laura Fernández)

La II Feria del Libro Independiente de Monterrey me dejó rendida y llena de buenas experiencias y con ganas de seguir. Quisiera poder volver invitar a las chicas a próximos eventos y ver si puedo encontrar nuevos cosplayers que tengan ganas de acompañarnos encarnando a otros personajes.

No he podido dejar de "fangirlear" gracias a este evento y apenas hoy pude dormir un poco más para recargar baterías.
Mariam y Geraldine: muchísimas gracias por ayudarme a volver este sueño realidad y por aguantar mis cosas.
Laura: mil gracias por haber estado tan al pendiente. Espero no haberte causado muchos problemas y que disfrutaras la presentación.
Y a todos los que pudieron ir y a los que no pero enviaron sus mejores vibras: muchas gracias por su apoyo. Es por ustedes que me mato tratando de realizar eventos como estos d( ; w ; )b Pronto estaré compartiendo los vídeos y las demás fotografías que nos hicieron para que puedan ver cómo estuvo. Pero de momento me desconectaré otro rato porque, damn, sólo de recordar este sábado 18 de junio de 2016 se me va el aire de la emoción.

¡Nos seguimos leyendo, queridos lectores!

Review: Memorias del más allá para vivir en el más acá

Memorias del más allá para vivir en el más acá by Mariana García Luna
My rating: 4 of 5 stars

4.5
Tenía como un año buscando leer este libro y al fin lo hice :'D Claro que yo lo buscaba en su versión "indie", pero la verdad es que Alfaguara hizo un trabajo precioso con esta edición.
La historia gira en torno al mecánico Simeón y a su decisión a buscar consejo en los muertos para saber en qué dirección le conviene a su vida ir. Es corto, chistoso y lleno de un humor que me hizo recordar lo mucho que quiero que El abuelo que saltó por la ventana y se largó esté en mi colección.
¡Altamente recomendable! :D

P.D.- Le puse sólo 4.5 estrellitas porque de repente Si divagaba mucho un poco y me perdía. Pero creo que es más que nada porque ahorita he traído poca cabeza para esta clase de cosas. Le faltó una nada para sí tener las 5 estrellas :)

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Novedades

Parece que siempre abandono este blog... ¡Pero es que no lo abandono...! Sólo olvido que existe :P
Hahaha. No se crean.
La verdad es que he estado muy atareada estos últimos días, pero ya pronto publicaré una entrada sobre todo lo que se vivió en la II Feria del Libro Independiente de Monterrey :) Sólo estoy esperando a que me manden las fotos y los vídeos, porque, a que no me lo creen: ¡Troya y Lavander nos visitaron! :'D

Si la curiosidad les pica demasiado, pueden visitar mi página de Facebook para conocer algunos detalles. De momento, nos leemos luego.

Feria Internacional del Libro en Arteaga 2016

Perdonen si es que he estado ausente, pero es que han estado ocurriendo mil cosas al mismo tiempo. Una de esas cosas ocurrió mientras trabaja con Yolanda: mi inbox se comenzó a llenar de mensaje tras mensaje, todos ellos de Andrea Saga, todos ellos con una noticia muy importante: ¡me habían invitado a la #FILA2016!

Tenía menos de una semana para prepararme.

Ese fin de semana compré mis boletos de autobús, ida y vuelta, y me fui preparando mentalmente para mi primer viaje sola. El único camino que sabía con seguridad que tomaría fue el que mi papá me marcó de mi casa a la Estación de Autobuses y de ahí a mi casa, cuando regresara. Pero si algo le he aprendido a Daciel es que uno no puede ignorar una aventura sólo porque sí.

Así que cuando llegó el 30 de mayo, yo ya estaba lista. Colgando de mi hombro iba una mochila que una tía me prestó, pesada como no pensé que estaría, llena con libros y demás cosas que sentí necesarias, como ropa.
Mi ruta fue sencilla: un camión afuera de mi casa, un par de cuadras extras y a esperar que mi autobús saliera. Y, una vez arriba de él, en una televisióncita pusieron un anuncio de Alan x el mundo. Quise considerarlo un buen augurio de lo que viene y me preparé para leer en lo que el viaje terminaba :)

De la lluvia incesante de Monterrey pasamos al calor seco de la carretera del norte de México... Y fue ahí que me di cuenta de algo horrible: el camión era muy lento y estaba a unos minutos de perder el transporte que me podría recoger en la central de Saltillo para llevarme a la Feria. Aguantando el pánico me di a la tarea de avisarle a todo mundo (dígase mi familia y Andrea Saga) que estaba a punto de llegar tarde y que mi plan B no estaba del todo firme.

Cuando llegué a Saltillo me recibió el mismo sol candente de Monterrey. Creo que fue la familiaridad del clima lo que me hizo estar más tranquila al comprobar que, en efecto, había perdido mi camión y que el siguiente salía en 2 horas... Mis opciones eran:

• Quedarme a esperar ese camión.
• Moverme solita a la Feria o al hotel.

Como no sé pensar si mi pancita está vacía, me metí al Soriana más cercano y compré algo de comer. También hice como mil llamadas para ponderar mejor mis opciones. Al final, lo mejor era armarme de valor, tomar un taxi e irme al hotel para, de ahí, poder moverme más fácil y con ayuda de la gente responsable de la Feria. 

Para cuando llegué al hotel, el sol saltillense había quemado mi nariz y el polvo de la calle se me había adherido a la piel de los brazos. Otra vez: igual que en Monterrey :) Pero ver la fachada del hotel Camino Real, tan bonita y limpia, me hizo sentir como una especie de Cenicienta a la inversa, llegando tarde y sucia al baile de su vida. 

 

La foto no es mía, sino del sitio del hotel, porque me las arreglé para poner el dedo en todas las que tomé...

Adentro no tardé en hacer amistad con otras dos escritoras, primas, que iban a presentar sus libros esa misma tarde. Ella se adelantaron y cuando yo tuve conmigo las llaves de mi cuarto me perdí muchas veces... ¡El hotel es enorme!

De verdad espero poder subir próximamente los vídeos que tomé ahí a mi cuenta de Youtube, porque siento que nada de lo que escriba podrá hacer justicia a todo lo que sentí explorando mi habitación y sus alrededores.

Como sea, sólo estuve dos horas (más o menos) porque aproveché la salida de uno de los vagones del hotel para la Feria y me fui a conocerla (y a ver la presentación de las dos autoras que acababa de conocer).

De las 5 áreas de la Feria, pude conocer 4: la institucional, el pasillo de las artesanías y el área que compartían los talleres infantiles y las grandes editoriales para sus ventas. Hice un vídeo explorando las últimas, porque una lluvia muy fuerte se dejó caer y me quedé resguardada donde mejor pude. Quien me rescató fue un amable chófer de apellido Saavedra; él me llevó de vuelta al hotel para una de las mejores cenas que tenido en mi vida (pero sólo les mostraré el postre, que fue lo que más quise presumir y compartir con mi familia y amigos aparte de que olvidé tomar fotos de lo demás).

  

Volví al cuarto con una sola cosa en mente: el deseo que llevaba embargándome desde que me enteré de este viaje, o sea, meterme a bañar y cantar a todo pulmón las canciones que me dan más ganas de bailar. Y, hecho eso, bailé un rato en mis pijamas en la habitación, para terminar en jugando mi más reciente adicción, Sailor Moon Drops, en mi tableta mientras escuchaba una selección de audios relajantes que me preocupé por encontrar días antes. Realmente no me quería desvelar, por lo que todo esto lo hice antes de que me dieran las 10 y me dormí con las cortinas un poco abiertas para disfrutar la tormenta eléctrica que se estaba desatando afuera.

...Lamentablemente, desperté con un dolor muy fuerte en la unión del cuello con el hombro, que bien pudo haber sido causado por el peso de mi mochila, por el estrés acumulado de varios días o por una mala posición a la hora de dormir. Intenté solucionarlo con otro baño, más caliente que el anterior, y me fui a desayunar. Terminé por conocer el jugo de nopal con naranja y piña y ahora quiero intentarlo en mi casa.

 

Creo que no se los he comentando, pero una vez que me presenté en el hotel como autora invitada, ya no tuve que preocuparme de mis gastos. Todo estaba incluido. ¡La Feria puso hasta la propina para los meseros! (eso no evitó que yo les diera y que evitara tocar cualquier cosa que se viera cara, haha. Pero no me juzguen muy feo: es mi primera vez en esta clase de situación).

Desayuné fuerte para sobrevivir al día, ya que me presentación era al mediodía y mi autobús a Monterrey salía después de las 3. Así que hice check-out y me subí a otro de los vagones de la Feria. Me rompió el corazón rechazar una invitación de parte del chófer y otros expositores a conocer más de Arteaga, pero es que simplemente no podía :'(

En la Feria pude conocer a Gerardo Carrera, el amable organizador que estuvo siempre al pendiente de mis dudas y comentarios vía email. A él lo conocí en la Sala de Escritores, un área exclusiva dentro de la Sala de Prensa, donde mi especie podía buscar asilo y comer galletas con café o soda. Mi presentación fue poco después, con una sala llena de niños de entre 9 y 10 años, muy atentos a todo lo que dije pero que me miraron confundidos cuando mencioné Sailor Moon.

En la presentación no hubo mucha venta de libros, he de admitir, pero quienes sí volaron fueron las calcamonías que Crankiereddy diseñó. Sus ventas fueron las que me permitieron recuperar el saldo de mi celular y hacer otros pagos apenas volví a Monterrey...

Pero, bueno, el caso es que cuando salí de la presentación, sonrojada a más no poder porque los niños se me lanzaron encima para comprar cosas apenas terminé de hablar y me hicieron más preguntas de las que puedo recordar, me encontré con otra de las organizadoras, que había ido a buscar a la gente de prensa para que me entrevistara. Los pobres chicos de Radio Tecnológico de Saltillo me tuvieron que dar un poquito de agua y aire para que se me pasara el calor de la presentación antes de la entrevista.

Hubiera querido quedarme más, grabar otros 20 vídeos y conocer el otro sitio de la feria que no alcancé a ver, pero para cuando mi entrevista terminó, Saavedra me esperaba en su bonito camionetita del Gobierno del Estado para llevarme de vuelta a la Central de Autobuses. Él mismo me estuvo recomendando sitios de atractivo turístico para cuando pudiera volver, como el Museo de las Aves o el Bosque Urbano, ¡que tiene un laberinto!

Después de todo, llegué más temprano de lo que esperé a la Central y maté tiempo visitando el Soriana donde comí el día anterior (que está a un lado de la Central), viendo a los empleados acomodar pelotas y correr detrás de la fugitiva casual.

Pero al momento de abordar nos comentaron algo: el chófer se había desmayado y habían puesto a otro que no conocía la ruta Saltillo-Monterrey. Con otra lluvia torrencial y esas noticias, me preparé para un viaje largo. Menos mal que continuaba teniendo material para leer y que estaban pasando una película que conocía: "The secret life ot Walter Mitty". Aunque admito que no le puse toda la atención del mundo (el libro que estaba leyendo era muy bueno), hubo una escena que se me marcó... Y es que yo soy más o menos como Lavander, y una de las cosas que comparto con él es que no creo mucho que digamos en las coincidencias. Ver la escena en que Walter va recorriendo el mundo, "rentando" lugareños para que le ayuden a llegar a su destino, compartiendo comida con toda clase de gente y derrumbándose con sus nuevas amistades en la cima de las montañas, todo esto durante el primer viaje que hago sola, tras momentos de incertidumbre y de un montón de historias pequeñas que recolecté en el camino, me dejaron muy contenta. ¿Cuándo estaré yo ahí? ¿Cuándo será mi turno de llegar hasta donde otros están?

... No. De veras. ¿Cuándo iba a llegar? El chófer desconocía tanto las calles que para cuando llegamos a Monterrey, unos cuarenta minutos -bajita la mano- después de lo previsto, el autobús se quedó atorado en el tráfico de San Pedro, avanzando a vuelta de rueda. Avisé a mi familia que me iba a tardar un poco más y me preparé para otra hora de viaje. No bromeo.

Para cuando llegamos a la Central, el sol de Monterrey ya mero se escondía pero seguía calando en los ojos. Tomé mi mochila y fui a la estación de metro más cercana. Bien pude haber tomado algún camión para mi casa, pero ya estaba cansada de ellos y el metro es más rápido y barato.

Llegué a mi casa un poco tarde, pero todavía a tiempo para la cena, misma que mi hermano pichó para toda la familia (tacos de carne asada) y volví a mi realidad: al día siguiente tenía que volver a ir al trabajo, pero nunca terminaría de agradecer a la gente que hizo esto posible.

Así que muchas gracias a Andrea Saga, Gerardo Carrera, Carla de Alva, Aideé Aguirre, a los chóferes Marco Antonio (nunca me dio su apellido) y José Guadalupe Saavedra, así como las personas del área de prensa, de la sala de escritores y a los voluntarios, así como a los grupos escolares que me acompañaron. Fue una experiencia más que buena que me gustaría volver a repetir.

Aunque pequeña en comparación a otras, la Feria es muy bonita y está hecha con amor. Se las recomiendo a todos los que la quieran conocer.